Tips para ayudar a aprender a nuestros hijos.

En los últimos meses tanto nuestros hijos como nosotros, hemos tenido que adaptarnos rápidamente a los cambios y a la incertidumbre. Esa gestión para la que no probablemente no teníamos una preparación previa, es probable que no esté pasando factura.

Por eso, hoy quiero compartir contigo 7 claves para que puedas ayudar a tus hijos y vivir en el intento.

  1. Cada persona tiene estrategias de aprendizaje distintas, quizá tu forma de aprender es distinta a la de tus hijos, y solemos enseñar de la manera en la que nosotros aprendemos, por eso es fundamental que cada uno conozcamos nuestra manera de aprender, y cómo adaptarnos al aprendizaje de los demás.

Clave: Observa y pregunta a tu hijo cómo aprende más fácil, con muchos colores, diciendo la lección o experimentando. Ayúdale a identificar si aprende igual en todas las asignaturas, o si cambia el sistema en función de la materia. Recuerda que tu mejor manera de aprender, no tiene por qué ser su mejor manera de aprender.

  • La gestión emocional puede cambiarlo todo. Conocer, identificar y gestionar nuestras emociones, nos permite tomar el control de nuestras vidas, por eso si durante estos meses sientes que la situación te ha superado, te has sentido desbordado, o no sabes muy bien cómo gestionar la incertidumbre, es el momento de tomar conciencia de tus emociones, para restablecer el control.

Clave: empezad a poner nombre a las emociones, pueden haceros sentir bien como la alegría, o ser incómodas como el miedo o la ira. Una vez que empecéis a ponerle nombre, jugar a cambiar de emoción, utilizando aquella que sea más interesante para vosotros en cada momento.

  • Nuestros hijos vivirán una realidad laboral que desconocemos, por tanto es fundamental que estén preparados para poder adaptarse de una manera natural. Queda atrás el trabajo para toda la vida, por eso ahora más que nunca, es fundamental que ayudemos a nuestros hijos a vivir con la incertidumbre.

Jugad en casa con las variaciones, si todas las semanas coméis lentejas el miércoles, cambia el día o cambia la receta. Si cada día utilizáis la misma ruta, buscad juntos otra ruta nueva. Reta a tus hijos a que hagan cambios en su rutina.

  • Mejorar la comunicación con nosotros y con los demás. Todos tenemos un diálogo interno constante, que la mayoría del tiempo es inconsciente. Escucha qué te cuentas.

Clave: por la noche, antes de dormir revisa los acontecimientos del día, poniendo atención a aquello que te ha hecho sentir bien, y a lo que te hubiese gustado que fuese de otra manera. Imagínate cómo te habría gustado reaccionar, y recrea en tu mente ese otro escenario. Cuando realizas este ejercicio de manera regular, grabas las nuevas reacciones en tu mente, favoreciendo que en el futuro, puedas reaccionar de la manera que te gustaría. Comparte este ejercicio con tus hijos, para que también lo hagan cada noche, y compartir vuestra experiencia.

  • Aprender a gestionar el estrés. A veces pensamos que el estrés es algo que sólo afecta a los adultos, pero cada vez existen más evidencias de que los niños también sufren estrés. Por eso es fundamental que les ayudemos con estrategias que les ayuden a gestionarlo.

Clave: identifica qué actividades ayudan a tus hijos a liberar estrés, ellos es probable que no utilicen esa palabra, pero pueden utilizar relajación, liberación, sentirse tranquilos, etc. Ayúdales a identificar esas actividades y promueve que dispongan del espacio para realizarlas.

  • Ley del péndulo. Es frecuente que nos quejemos porque nuestros hijos demandan mucha atención de nosotros, porque no se responsabilicen de sus tareas, etc. Sin embargo, los padres y madres solemos ser responsables directos de es tipo de comportamientos. Cuando nos responsabilizamos de que hagan sus tareas, revisando diariamente su agenda, o encargándonos de explicarles cada ejercicio, estamos promoviendo su falta de autonomía, por tanto es labor nuestra también favorecer que nuestros hijos puedan asumir la responsabilidad que conllevan sus tareas. Al principio, tardarán más que si les ayudamos, puede que se enfaden cuando no nos sentemos con ellos, pero a la larga, estaremos favoreciendo su propia autonomía.

Clave: es importante que tanto tu como ellos crean que la responsabilidad última de sus aprendizajes y tareas es de ellos, y no tuya.

  • Identificar nuestras fortalezas y talentos. Estamos bastante acostumbrados a identificar nuestros defectos o áreas de mejora, sin embargo nos cuesta trabajo identificar nuestros talentos o fortalezas, en muchos casos porque consideramos que no son nada extraordinario, o pensamos que es algo inherente a todas las personas. Es fundamental identificar esos talentos y fortalezas y nutrirlos para que sean cada vez más consistentes.

Clave:  escribe 5 cosas que consideras que “haces mejor que la media” o en las que destacas. No tienen que ser grandes cosas, si sientes que haces la paella mejor que la media, puedes poner como fortaleza, hacer paella. Una vez lo hayas escrito, pídele a cinco o seis personas de tu entorno que escriban lo que ellos consideren que son tus talentos.

Haz la misma práctica con tus hijos, ínstales a que identifiquen sus propios talentos.

¿Quieres que tus hijos/as aprendan estas claves de manera efectiva? ¿Quieres que disfruten aprendiendo?

Ponte en contacto con nosotros pinchando en el enlace, y te daremos más información sobre la actividad que realizamos para ellos.

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